El ámbar no es un mineral propiamente dicho, sino que está clasificada como gema ‘orgánica’’. Se trata de resina fósil endurecida de la conífera Pinus, succinifera, originada hace más de 50 millones de años. Se presenta principalmente en forma de gota o de tubérculo, con una estructura homogénea o concoidea, a menudo, con costras de meteorización. Se han llegado a encontrar piezas de más de 10 kg.
Debido a sus innumerables burbujas, finas fisuras y grietas de tensión suelen ser turbio. Mediante cocción en aceite de semilla de nabina se pueden eliminar las burbujas de aire y los fluidos incluidos.
Los colores predominantes en el ámbar son el amarillo y amarillo anaranjado, por lo que resulta muy vistosa. Ocasionalmente tiene inclusiones de insectos, de partes vegetales y de pirita. Cuando se encuentra una piedra con estas inclusiones suele ser muy valorada.
El ámbar es sensible a los ácidos, la lejía, la gasolina, el alcohol y los perfumes. Se puede encender con una cerilla, el humo desprendido huele a incienso. Si se frota con un trapo, se carga eléctricamente y entonces atrae pequeñas partículas. Tiene, pulido y brillo graso.
Uso del ámbar
Desde tiempos prehistóricos se ha usado para objetos ornamentales y de culto, también para hacer incienso y como amuleto y talismán. El ‘Ámbar Báltico’, el oro del norte, es la primera piedra preciosa de la humanidad. Hoy se usa tanto como objeto ornamental de la casa, como para adornar joyas en anillos, colgante y brazalete. Esta piedra natural puede llegar a confundirse con el citrino, la fluorita, la sepiolita, el mármol ónice, la esfalerita y el ambroide. El ambroide es piedra prensada a partir de trozos más pequeños y restos de ámbar auténtico, que se funden a temperaturas de 140-250 °C y a presiones de hasta 3.000 bares para formar una masa homogénea de aspecto similar al de esta piedra.
Principales yacimientos
Los yacimientos de ámbar más grandes del mundo se encuentran en Samland, junto a Plamnicken, al oeste de Königsberg (Kaliningrad) en la antigua Prusia (hoy Rusia). Bajo una capa arenosa-arcillosa de 30 m hay una capa arcillosa de 9 m que contiene ámbar, llamada la tierra azul.
La explotación se realiza a cielo abierto mediante excavadoras de cangilones. La obtención de esta piedra se hace por lavado con potentes chorros de agua y finalmente se selecciona a mano. Sólo un 15% es inmediatamente apto para usos ornamentales. El resto se trabaja como ámbar prensado o para fines técnicos.
En el fondo del mar Báltico se encuentran grandes reservas de ámbar. Después de grandes tormentas, cuando las olas han removido el fondo, se puede encontrar ámbar en las playas y en la superficie de aguas poco profundas. Este ámbar, llamado ámbar marino, presenta una estructura especialmente compacta. Anteriormente era pescado con reteles por los pescadores.
Otros yacimientos: Sicilia/Italia, Rumania, Myanmar, China, la República Dominicana, Japón, Canadá, México y Estados Unidos.